Piedra espiritual, abre a nuevas dimensiones, estimula la evolución de la Tierra, irradia amor y paz, fomenta la paz.
Induce fácilmente un estado meditativo. Eleva la vibración y guía al alma en el camino de la vida.
En lo sicológico, remueve los bloqueos y restricciones, el miedo y el autosabotaje lo cual conduce a un mayor control de la vida propia.
En lo mental, da serenidad y claridad.
En lo sicológico, da calma y equilibra el vaivén emocional. Reconecta con el niño que llevamos dentro.
**Pulsera ajustable fabricada artesanalmente con cuentas de Larimar natural de 6 mm de diámetro Y 2 puntos de plata 925 en centro de 3 mm.